Una buena gestión, la búsqueda de nuevos ingresos y reducir los gastos, siendo importante la figura del Administrador de Fincas, puede ser la clave para evitar la morosidad de la comunidad de vecinos.
Revisar los gastos de la comunidad.
Es recomendable tener presupuestos ajustados, ya que no todos los vecinos tienen un mismo nivel de ingresos. Siempre que sea posible, la gestión de los gastos debe realizarse acorde a la realidad de cada momento.
Un presupuesto excesivo con cuotas elevadas puede conllevar a que algún vecino no pueda asumir dicha cuota.
Se recomienda revisar al detalle las partidas que puedan tener mayor peso en el gasto común, por ejemplo: contratos de mantenimiento, conserjería, limpieza, calefacción central, seguros… etc.
Conseguir ingresos.
-Instalación de paneles solares en el tejado del edificio. En este caso, no solamente se podrá abastecer de energía a la propia comunidad si no que los excedentes se pueden vender a la red eléctrica a través de otras gestoras.
-Instalación de antenas de telefonía. Es otra de las opciones que pueden generar un buen ingreso, pero a su vez pueden generar otros efectos secundarios como por ejemplo en la salud de los vecinos.
-Alquiler de las parcelas de garaje libres en la comunidad. Dependiendo del precio de alquiler de la zona, podría ser una buena opción.
-Alquiler de la vivienda del conserje. En el caso de que la hubiera, otra opción interesante sería su alquiler o llegar a un acuerdo con el conserje de la finca.
-Publicidad en la fachada del edificio. Por ejemplo si hay un andamio por una obra en la fachada a largo plazo, o una zona interesante para alguna empresa.
La figura clave del Administrador de Fincas.
En general, se piensa que el Administrador de Fincas solamente tiene una labor contable, pero en los casos de morosidad, puede mediar entre los propietarios y el vecino con el problema de pago, ayudando en última estancia a gestionar la reclamación judicial del impago.
